El olvido que seremos, Héctor Abad Faciolince.
Cuando se hace la pregunta, generalmente fallida, acerca de los propósitos de la literatura, las respuestas vienen a ser también fallidas, como consecuencia. Hay tantas preguntas y respuestas como hay escritores y lectores, pero eso mismo facilita los encuentros únicos que alguna vez se dan entre ambos, lector y escritor, y que significan una doble revelación del milagro, una doble epifanía. Siento que Héctor Abad Faciolince ha escrito esta memoria de la vida y muerte de su padre, El olvido que seremos, para conmoverme a mí, entre todos los mortales y lo ha logrado a plenitud.
Al cerrar el libro, con el alma llena de emoción, uno se pregunta si la literatura de los excesos funciona o no, y también me digo que sí. Es un libro que desborda de amor confeso, un amor impúdico del que el lector tampoco se avergonzaría. Y también aceptaría la terrible dádiva de tener por padre a un ser amoroso que un día será asesinado, y su herencia será también de dolor. El héroe personal que cae abatido, para cumplir su destino de héroe...
Leer más en: www.revistaarcadia.com/opinion/critica/articulo/el-olvido-seremos/20487